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  • Foto del escritorJacky Cepeda

EL DUELO DE MI HIJO MARTIN


Hablarle a tu hijo y explicarle cómo enfrentar la pérdida de su hermanita es complicado, más aún cuando tu estás viviendo tu propio duelo. Martín es un niño muy extrovertido. Le encanta jugar, hacer amigos, disfrutar de los días en la finca con la naturaleza y los animales. Y, eso sí, ama los planes familiares.

Siempre supe, después de lo sucedido con Soffy, que él la iba a extrañar mucho. Más que hermanos eran amiguitos incondicionales: jugaban juntos, iban al mismo jardín y después al mismo colegio; compartian sus juguetes, cedían el turno sin dificultad y, en especial, se amaban profundamente.

Cuando Sofy partió, Martín tenía tan solo 8 añitos. Sentí que estaba muy pequeño y que aún no comprendía bien lo que estaba sucediendo. Pero con el transcurso de los días fui dándome cuenta de que estaba equivocada. Tal vez no lo demostraba igual que un adulto, pero sí veía en su carita mucha tristeza. Dicen que los niños entienden sobre la muerte dependiendo mucho de su edad y de la personalidad. Martín estuvo presente en el accidente de mi Soffy, además vivió todo el proceso con nosotros.

Después de un tiempo comenzó a hacernos preguntas y a decirnos que extrañaba mucho a su hermanita, en especial en sus vacaciones y en los planes de familia.

Siento que desde hace dos años atrás la extraña más que nunca. Lo sé porque cuando viajamos ve a otros niños compartir con sus hermanitos y ahí he vuelto a sentir y a ver su tristeza. Pero le da fortaleza una foto que conserva de ella. La mira y la cuida como su sagrado tesoro.

En sus tantas preguntas, hechas con cariño, optamos por responder con sinceridad. Le leímos libros infantiles que hablan sobre los seres que de van y con el acompañamiento del colegio nos unimos para darle la tranquilidad que necesitaba.

Su mayor preocupación era saber si su hermanita estaría bien donde estaba y, por ello, nosotros como padres creyentes, le explicamos que Soffy estaba descansando plácidamente en el cielo con Dios.

Mi esposo y yo estuvimos ahí para cuando él nos necesitaba. Le dimos todo el amor y la seguridad de que como padres estaríamos para escucharlo, apoyarlo y acompañarlo.

Siento que solo es él quien decide cuándo y con quién hablar del tema. Se que aún le duele, pero también se que poco a poco a ido sanando está profunda herida.

Así que seamos honestos con ellos. Tal vez no tengamos siempre la mejor respuesta pero podemos transmitirle la suficiente confianza para que ellos nos puedan preguntar sus dudas o encontrar en nuestras respuestas la certeza de que ese ser que aún aman se encuentra bien.

Te amo mi monito. Eres un guerrero. Te tocó vivir tan pequeñito la experiencia que ningún hermanito quisiera vivir.

Se que Soffy está orgullosa de ti! Te amamos

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